miércoles, 28 de mayo de 2008

My Teacher

- por fin!! – exclamo la pelirroja, mientras emitía un largo y cansado suspiro. Elevó ambos brazos para estirar su cuerpo, que estaba agotado con la larga jornada, y dirigió sus pasos hacia el patio del instituto. El verde césped se tornaba dorado con el brillante sol del crepúsculo y los arboles se mecían con suave calma. Misty sonrió con aquel espectáculo a la vez que cerraba sus ojos y respiraba hondamente… Aun no habían pasado unos segundos cuando sintió como un cuerpo fornido la empujaba, obligando a su cuerpo caer estridente y dolorosamente.

- fíjate por donde caminas – dijo una voz fría y masculina, sin intención de disculparse por aquel accidente. Los ojos verdeazulados se abrieron buscando al culpable, la mano de Misty acariciaba sin cesar su cabeza.
- HEY IDIOTA!! – gritó la muchacha enfurecida llamando la atención del chico. Este se volteo de inmediato, dejando ver sus sombríos ojos castaños y su brillante cabello rojizo. Llevaba la chaqueta del colegio abierta, dejando ver una camisa blanca que se adecuaba a su buena figura y flotaba levemente con el viento. Un pensamiento personal provoco que la chica se sonrojara, sin embargo logro controlarse para seguir con su discurso – ME HAS EMPUJADO Y NI SIQUIERA ME PEDIRÁS PERDON???!!!! – el chico alzo una de sus cejas con suavidad, llevo su maletín al hombro y siguió con su camino, totalmente indiferente. La chica se sintió vergonzosamente desplazada. – OYE!!! AUN NO HE TERMINADO!!!! – gritó sin recibir respuesta, mientras se levantaba enojada y el viento mecía su falda azul marina. El misterioso sujeto ya se encontraba muy lejos, la pelirroja se deshizo de su frustración mediante un susurro – imbécil … -



- ya llegué! – la exclamación envolvió a la sala de estar, completamente. La chica notó como nuevamente la casa estaba desolada, seguramente con la cocina hecha un desastre y con la comida de los pokémons aun en la despensa. Suspiró, odiaba ser líder del gimnasio y las responsabilidades que llevaba consigo; tal vez sería más fácil y emocionante si tuviera un ayudante, pero sus hermanas no permitían ningún gasto extra. – claro! Sólo porque gastan el dinero en tiendas y salones de belleza – murmuró la muchacha enfadada y sin querer, hablando sola. Su pequeño amigo en forma de huevo la miró, confundido. La pelirroja se limitó a sonreírle y a comentarle que no se preocupara. Se dirigió hacia la piscina para alimentar a las criaturas, luego debería ir a la cocina e iniciar la limpieza de la casa… y aun debía hacer sus deberes.


Cayó en su cama pesadamente, los largos y cobrizos cabellos se derramaron en todas direcciones y su rostro se hundió en el suave cubrecama azulado. Dirigió su mirada hacia el reloj que se ubicaba en la mesita de noche y con dificultad logro divisar la hora, unos minutos más y serían las diez de la noche. Un mascullado indescifrable nació de sus labios, mientras su cuerpo adecuaba una posición en ovillo. Al parecer por fin podría entrar en el mundo de Morfeo, luego de haber realizado todas sus tareas hogareñas y escolares.

- MISTY!!! – el estridente grito de su hermana mayor disolvió de inmediato el preciado silencio. La pelirroja sintió como su piel se erizaba, a la vez que se exaltaba y caía de su cama… la tercera caída, exactamente, que había sufrido en ese día. La puerta de su habitación se abrió rápidamente luego del sonoro golpe, obligando a que la estudiante entrecerrara los ojos por la luz que se colaba. Su rubia pariente se encontraba en el marco de ésta, llevando un elegante traje multicolor de tonos morados; sus cabellos dorados atados en una cola y alisados. – por que estas así??!! – exclamó enfadada, mientras llevaba sus manos a la cintura y se inclinaba levemente hacia la pelirroja. Ésta la observaba confundida y descontenta con la situación, sin embargo ya estaba acostumbrada a las imprevistas invasiones de sus hermanas. Seguramente lo que ocurría ahora, era una de aquellas situaciones.
- primero – inició la muchacha, mientras abría lentamente las sabanas para descansar. – sabes que odio que entren a mi pieza de esa forma, y segundo – señaló con el ceño fruncido a la vez que se subía a su lecho y se acomodaba en él – no tengo idea de que hablas … así que cierra la puerta y déjame dormir – exclamó finalmente para cubrirse hasta los hombros con las fundas y cerrar sus ojos.
- MISTY!!!!!!!!! – chilló la rubia en su oído a la vez que encendía las luces de la pieza, claramente tenían personalidades similares. La pelinaranja abrió sus ojos desmesuradamente, para luego rendirse y destapar su torso.
- de acuerdo – señalo extrañamente paciente, con la intención de apresurar la conversación; en una situación distinta hubiera terminado peleando con su “agresora” por lo menos por dos días. – que es lo que sucede, Daisy? – su hermana la observó por unos momentos asombrada, para luego cambiar su expresión a una desconfiada. Se sentó en la cama de la chica.
- leíste la nota que te deje? - inquirió asustada, observando detenidamente las expresiones de la chica que tenía enfrente. Esta pestaño un par de veces, con la duda impregnada en su rostro. – El que estaba en la sala… - la chica negó con su cabeza inocentemente, temiendo que aquel mensaje fuera de real importancia. Su hermana se levantó con semblante serio, para luego acercarse y gritar – QUEEEEEE???????!!!! –
Misty se hundió entre las almohadas, temiendo las consecuencias que traería su indiferencia hacia aquel papel, que había visto pero no se había dado el lujo de leer. Sintió como unos pasos acelerados se acercaban a su cuarto y sus dos hermanas restantes aparecían asustadas en la entrada, ambas con peinados y vestidos formales.
- FEITA!!! – exclamaron asombradas, mientras se acercaban con cautela a la muchacha pelirroja. Esta, al notar que ya su plan no servía y que sus hermanas estaban por armar un escándalo, decidió cubrirse totalmente con las frazadas para dormir de una buena vez. Sin embargo la joven rubia la destapo con un solo movimiento y la sacó de su habitación, todo en silenció y con el entrecejo fruncido en señal de enfado.

Media hora después, la joven estudiante salió de su habitación totalmente distinta. Su pijama de color celeste había sido reemplazado por un traje rojo, con un escote parecido al cuello tortuga, que caía elegantemente hasta el suelo. Con su cabello ondulado en las puntas y con su semblante maquillado suavemente. Sabía que no le quedaba bien aquel vestido, por algo sus hermanas solían llamarla feita, por lo que agradeció no deber encontrarse con personas conocidas. Según le había informado Daisy mientras se encargaba de arreglarla, la actividad en la que participarían sería la premiación del nuevo maestro pokémon; y ellas como líderes de gimnasio debían estar presentes en la cena que se llevaría acabo en su honor.
Misty suspiró a la vez que bajaba lentamente la escalera, producto de los altos tacones que llevaba, ya que según la rubia estilizaban su infantil figura. Lo cierto era que ella admiraba y casi adoraba al antiguo maestro. Desde pequeña, junto a su madre, se dirigía a las batallas de beneficio que realizaba en ciudad celeste; y siempre observaba las peleas oficiales en la televisión. No obstante en los últimos años había perdido varias transmisiones, producto de los horarios escolares.

- vamos?! – la pelinaranja levanto su rostro al sentir la voz de Violet, una muchacha de cabello azulado que llevaba un hermoso traje amarillo. – Las chicas ya están en el auto, sólo faltabas tú – señaló mientras se volteaba, luego abrió la puerta principal del gimnasio y se perdió tras ella. La pelirroja talló sus ojos, quitando parte del maquillaje, para borrar cualquier rastro de sueño; después siguió los pasos de su hermana y salió del hogar, sin antes asegurar el establecimiento. Cuando se volteó hacia la calle, debió tambalearse unos segundos para evitar desequilibrarse y caer; una sonrisa nerviosa y hacia el lado se formó espontáneamente en su rostro: una lujosa limosina la esperaba.
- hey Misty!! – exclamó Lily, su tercera hermana de extraño cabello rosa, que estaba dentro del automóvil. La pelirroja aun permanecía en trance… ¿¿tenían dinero para limosinas y no para ayudantes??! Aunque sea un ayudante??... – Sube al auto de una vez, o llegaremos tarde!! –
Al recuperar la compostura, la muchacha se dirigió enojada hacia el coche. Algún día hablaría seriamente con sus hermanas…


La luz se combinaba alternadamente con la oscuridad por la velocidad del automóvil. La pelirroja permanecía silenciosa mientras observaba, apoyada en la ventana, el paisaje que acompañaba el camino hacia la celebración. Miraba a sus hermanas gracias al reflejo que se formaba en él, estas parecían totalmente disconformes con su atuendo, por lo que se cambiaban de peinado o maquillaje a cada instante. La pequeña líder se volteó a verlas con algo de curiosidad.

- como no se aburren – exclamó con indiferencia, mientras apoyaba su codo en el respaldo de la puerta y luego apoyaba su rostro. Como sus experiencias le decían, sus hermanas respondieron de inmediato.
- es parte de la feminidad, Misty – contestó Violet, mientras espolvoreaba maquillaje en distintos lugares de su rostro. Luego, con una sonrisa irónica, prosiguió – aunque es algo que simplemente tú no conoces – la pelinaranja entrecerró sus ojos molesta, aunque no respondió.
- además esto es un caso especial – señaló seriamente Lily, la cual estaba armando por sexta vez su peinado frente a un espejo. Levantó su rostro del objeto cuando continuó – acaso no conoces al nuevo maestro? se dice que es la mayor revelación en toda la historia de la Liga – exclamó emocionada mientras sus ojos brillaban intensamente. La hermana menor sólo mascullo una maldición, ya estaba aburrida de los desesperados intentos de casamiento de sus parientes.
- que ganó todas las batallas cuando peleo contra el antiguo maestro! – dijo Daisy, con la misma emoción.
- y que es una persona muy humilde y tierna con sus pokémon – señaló Violet, mientras suspiraba soñadoramente. - pero lejos lo más importante es que es … -
- muy joven y muy guapo!!! – exclamaron las tres mientras se sonrojaban y suspiraban. Misty las vio con extrañeza para luego dirigir su mirada hacia afuera, seguramente había algo más interesante que sus hermanas. – MISTY!!! – gritaron al unísono, provocando que la pelirroja se sobresaltara. – ESCUCHANOS!!!! – la pelirroja respiró hondo tratando calmarse, de igual forma no dio resultado. De improvisto todo su desánimo pasó a enojo.
- ESCUCHENME USTEDES A MI!!! ME DA LO MISMO SU FAMOSO MAESTRO!!! – gritó encolerizada, liberando con ello todo lo que había pasado aquel día.
- PERO MIRA!!!! – gritó Violet mientras sacaba y le mostraba tres retratos del misterioso maestro, claramente era la mas interesada en aquel sujeto. Las luces del alumbrado eléctrico adornaban las fotos alternadamente, mostrando a un joven bastante atractivo. Misty dirigió su mirada hacia el objeto, con sus ojos verdeazulados levemente interesados. Aunque de improvisto su expresión demostró temor.

- noo… no otra vez – susurró mientras inclinaba su cabeza rendida y con voz lastimera. Sus hermanas la observaron con extrañeza y temor, para luego asustarse cuando su hermana grito – BAJENME DEL AUTO!!!! -

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My Teacher

- adiós profesor!! – exclamó una chica de cabello rosa, el cual estaba atado en dos grandes coletas. El trigueño debió parar lo que hacía por un momento para levantarse y despedirse de la chica, el penúltimo alumno que quedaba en las canchas de batallas pokémon. Cuando volvió a realizar lo que antes hacía, que era ordenar los papeles que llevaba, una voz detrás de él lo interrumpió.

- eres un buen actor – exclamó divertida una voz masculina. Ash se limitó a sonreír, mientras se daba la vuelta para verlo de frente. – has mostrado indiferencia en toda la hora –
- recuerdo que siempre fuiste una persona de bajo perfil – respondió el trigueño, a la vez que se encontraba frente a un chico muy parecido a él, solo que su cabello era castaño y sus ojos azules – así que supuse que no querías que tus compañeros se enteraran –
- si, me conoces bien – afirmó el castaño, mientras sonreía. Luego se acercó y le dio un fraternal abrazo al trigueño, este lo respondió en seguida. – han pasado muchos años, verdad? –
- sólo dos años Richie – dijo el maestro mientras sonreía y se separaba del abrazo – aunque no has cambiado en nada –
- tu tampoco – respondió el castaño, para luego acercarse al Pikachu que estaba sentado, observando feliz la escena – y Pikachu sigue igual – dijo a la vez que acariciaba la cabeza de la criatura amarilla.
- como esta Sparky? – pregunto Ash, mientras volvía a su antigua acción: Ordenar los documentos que tenía sobre la banca.
- pues bien, aunque extrañaba a su hermano – respondió Richie, mientras dirigía sus pasos hacia las pokébolas que descansaban en el suelo y comenzaba a guardarlas en el bolso de su profesor.
- y por que no lo llevas contigo? –
- decidí dejarlo con mamá hoy – señalo el castaño, mientras seguía cogiendo algunas pokébolas. – Sparky aun mantiene el horario estival, seguramente sigue durmiendo a esta hora –
- y… como esta mamá? – preguntó casualmente el trigueño. Richie se dio la vuelta para ver su expresión, aunque no lo consiguió, ya que el semblante de su hermano estaba escondido.
- ella esta muy bien… aunque te extraña – señalo con tristeza, mientras intentaba observar los rasgos que había tomado la cara del trigueño. Unos minutos pasaron y, al no recibir respuesta sobre lo que había dicho, el muchacho suspiró. Luego su mirada se volvió fría y una mueca de cansancio adorno su semblante – vamos Ash!! No es hora de que te arregles con ella??!! – gritó el chico, irritado.
- ponte en mi lugar alguna vez – contestó el moreno, con voz serena y seria – sabes lo importante que era para mi iniciar el viaje… - señaló el chico, luego se dio vuelta y su hermano se sorprendió al ver un mirada llena de ira en su rostro – Y ELLA NUNCA FUE CAPAZ DE APOYARME!! –
- el que debería ponerse en el lugar de otro, eres tú – exclamó su hermano, mientras se levantaba y adecuaba una posición defensiva. – recuerda que nuestro padre desapareció por un viaje, sabes todo lo que ella sufrió cuando lo perdimos!! –
- y también sabes que yo deseaba viajar para encontrarlo, verdad?! – exclamó enojado, a la vez que tomaba sus posesiones para salir de la cancha. El castaño se vio en la obligación de seguirlo.
- claro! Con diez años llegarías muy lejos!! – ironizó el chico, provocando que el joven maestro se enfureciera y se diera la vuelta para enfrentarlo.
- DEJA DE MENTIR RICHIE!! TU TENIAS EL MISMO DESEO!! –
- PERO TENGO LA INTELIGENCIA PARA DARME CUENTA DE QUE ERA UNA ESTUPIDEZ!! –

El silencio reino unos minutos entre ambos chicos, en un ambiente tan duro y frio como el mismo hielo. Ash observaba a Richie totalmente enfadado y, aunque no lo quisiera reconocer, dolido y desilusionado. Durante sus diez años de viaje, la única persona cercana que lo había apoyado era su incondicional hermano menor. Siempre le preguntaba como le estaba yendo, en que ciudad se encontraba y que lugar había obtenido en las ligas que había participado. Hasta, en innumerables ocasiones, su madre lo había castigado por seguir a escondidas sus batallas por televisión.

- entonces debo suponer que todo estos años has estado actuando – dijo el moreno con voz ronca y algo baja para el contexto. El castaño sabía que Ash se comportaba así, solo en las situaciones donde realmente estaba enojado; por lo que decidió disculparse rápidamente.
- lo siento Ash… en verdad no quise decir eso – susurró arrepentido el chico, de igual forma no se daría por vencido tan fácilmente. – pero es comprensible el actuar de mamá!. Piensa que nuestro padre desapareció cuando tenía veinticinco años, ¿cómo te iba a apoyar, si sólo tenías diez años?! –
- eso no explica que evitara la comunicación y no me dejara regresar a casa, cuando terminaban las ligas – respondió el muchacho, claramente abatido por las acciones de su madre.
- de igual forma diez años enojados es una exageración – susurró el chico, también entristecido por la relación entre su madre y su hermano mayor. Luego se acercó al trigueño, cuya mirada permanecía escondida bajo sus cabellos negros, y colocó suavemente su mano en su hombro. – se que ella esta sufriendo tanto como tú – dijo, para luego marcharse del lugar.
- espera! – gritó su hermano, lo que hizo que se diera la vuelta de inmediato. En el momento, Ash parecía buscar algo en el bolso de su Notebook. Luego de unos minutos, sacó de él un sobre blanco y se lo entrego a Richie.
- y esto? – preguntó intrigado el castaño.
- lee lo que dice – indicó Ash un poco más animado. – También cuéntale a mamá – señalo feliz, cuando su hermano menor le devolvió la mirada llena de felicidad y orgullo.



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Nota: de acuerdo... me demore mucho, por lo que tienen un doble capitulo. Sigan arriba ^^